Brutal. Llegamos sobre las 23:30 a casa de Jimmy, después de buscar durante un ratuco la calle. Cabe destacar que nos guiamos por el cartel de "qué buena está Teté", mi pescadería.com y la súper charcutería. De la que salimos del ascensor, nos encontramos a Juanillo grabando, y nada más entrar, nos pusimos a jugar un quinito. También cabe destacar que yo era furcia, Fredo era sucia y Pelayo era golfa, o algo por el estilo. Por cierto, Jimmy, quiero que sepas que nunca te perdonaré que sólo hubiera una jarra de sangría, y tampoco que no dejaras el cartel de las alubias verdes a 1'19€ pegado en el salón. Salimos de juerga y tal. Estuvimos en un bareto llamado "Capitán garfio". Allí las copas no eran copas, era gasolina. Dios mío qué garrafón. Allí quedé con Laura y estuve un rato hablando con ella y tal. Había una chati que tenía unas ganas de recibir lo suyo... Estaba en celo, pero un celo que no era normal. Se iba sobando a todos los tíos a los que veía, sobre todo a Juan, Pelayo, Jimmy y Fredo, pero no triunfó (Jimmy, tontolava). Nando, Ángel y yo huíamos de ella, pero creo que no se dio cuenta. Bueno, y todo bien, aunque el bar me decepcionó un poco. Luego fuímos a otro que no me acuerdo de su nombre, pero fue el mejor de la noche. Que por cierto, fue del que echaron a Nando el año pasado por engarrarse con una máquina de tabaco muy rebelde. Allí conocimos a Elvira, una camarera que estaba de muy buen ver, y supuestamente, amiga de Jimmy. La armamos gorda allí, madre mía. Gracias Elvira por ésas 5 rondas de chupitos. Allí lo pasamos de vicio, pero a las 4:30 tuvimos que largarnos, ya que bajó un señor con pinta de gorila y nos echó, eso sí, educadamente. Nos despedimos de Elvira y tal y nos piramos. A la salida empezamos a cantar todo tipo de canciones de Santander y del Racing, y la peña nos miraba de una manera extraña. Fuímos a parar a otro bar, que tenía un nombre muy raro, Zamplintein, o algo así. Pero no nos gustó nada. Allí duramos un cuarto de hora como mucho. Empezamos a anda hacia casa, y nos encontramos a 3 pucelanas, muy majas ellas. Una de ellas se enamoró perdidamente de Nillo, o Nillo perdidamente de ella, no lo recuerdo bien. Otra me hablaba de cosas raras, tampoco lo recuerdo bien. Y la otra estaba muy rayada, mientras Jimmy le contaba sus historias de que es ingeniero agrónomo y arregla tractores. Yo qué sé... El caso es que casi nos vamos con ellas al bar que no nos gustó, pero al final les convencí y marchamos xa casa. Nando y yo dimos más vueltas de lo normal, así que nos perdimos. Luego encontramos a Juan por ahí perdido, y entre los 3 conseguimos llegar. Ya en casa, a Jimmy le entró el síndrome "amo de llaves", y no dejaba de dar la chapa con sus movidas raras. Nos dormimos y todo bien. Por la mañana, sobre las 12 nos despertamos y, yo quería bajar al bareto donde desayunamos el año pasado, (sí Puskas, aquel en el que había un tío con el chandal del Madrid de Humel). Estaba cerrado. Vimos el video de Juanillo durante un ratuco, en que la estrella era Jimmy tocando el piano y emocionándose mientras cantaba Alex Ubago o una canción rara de "El dorado", que no sé si sería de la peli de dibujos. Nos dio de comer unos spaguetti con tomate y un perrito (omito lo de caliente XDD). Y nos piramos. Tardamos una hora en encontrar la salida de Valladolid hacia Santander pero bien.
Conclusión, quiero volver. Kimberly, gracias por todo.