Maldito día

Mañana San Valentín. Día internacional de los regalos, las tarjetas, los corazones, el "si llevas algo rojo estás enamorado" que decíamos de pequeños... En definitiva, una idea del consumismo. Hasta los cojones del puto San Valentín. No del santo, que sería un crack, no me entendais mal. Pero es que estoy hasta los huevos de que todo el mundo me pregunte que qué le voy a regalar a Mayte. Pues nada. Un beso. Y si se descuida, un polvo. Pero joder, ¿es que con el "feliz día del amor" de los Simpson, (que por cierto, se inventaron unos ejecutivos para paliar el descenso de las ventas entre San Valentín y Semana Santa), no tenéis bastante para daros cuenta que es un puto invento del Corte Ingés para vender más?

Mañana no voy a regalar nada. Soy de los que pienso, y creo que estoy en la opción correcta, que es más bonito y hace muchísima más ilusión regalar algo por que sí, por que te da la gana y por que te apetece, que por que los centros comerciales y esta sociedad de mierda en la que vivimos te lo manden.